[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

sábado, 31 de agosto de 2013

Capítulo 34.

Este capítulo va dedicado a: @amaliaprz

*

Esperaba a Liam en la puerta del restaurante donde me citó justo el mismo día de la presentación del libro de Dina. Estaba tan ocupado casi como yo, y ninguno pudimos quedar antes.

Mientras le esperaba, la frase que se repetía una y otra vez en mi mente era: "Tengo que hablar con Louis."

Estábamos a escasas horas de la presentación del libro de Dina y él aún ni siquiera sabría que Josh iba a venir.

Mi pie inquieto en el suelo mientras miraba al infinito, esperando que la silueta de Liam no tardase en aparecer. Me estaba helando.

-¡Hey! – Exclamó alguien a mi izquierda.
-¡Liam! – Exclamé a la vez que el chico.
-¿Qué tal? – Preguntó.
-Pensaba que ibas a venir por ahí…
-¿Qué te ha hecho pensar eso?

Arqueé las cejas y encogí los hombros. Liam tenía razón. No sabía qué me había hecho pensar eso.

Tras el animado saludo, ambos entramos calentándonos las manos a ese restaurante que tan bien ambientado parecía. Los dos avistamos una mesa de dos y nos sentamos en ella.

Rezaba porque no tuviese tan mala suerte y no se me apareciese algo o alguien que tuviese que ver con mi pasado, pues la última vez que pisé ese restaurante, me encontré de frente con todo mi pasado.

Nos tomamos unos minutos para decidir qué queríamos tomar y nos decidimos llamando al camarero y informándole.

Mientras esperábamos a que nos lo sirvieran, Liam decidió iniciar una conversación.

-¿Y por qué no vinisteis a la presentación? ¡Estabais al lado! – Preguntó.
-Louis se empezó a encontrar mal, ya sabes…
-Pareció ponerse demasiado nervioso al ver a Judith…
-Esa chica le trajo malos recuerdos. Le recordó a su pasado, y bueno, tú mejor que nadie sabe lo siniestro que era en su pasado…
-Pero, ¿Por qué se puso así? No tiene nada de malo recordar el pasado.
-El suyo no fue fácil. No sé exactamente lo que le pudo pasar para convertirse así. Me contó algo, pero no creo que fuese todo. Yo creía conocerle, pero a medida que pasaba el tiempo me iba dando cuenta de que era un muro lleno de secretos. Creo que no existe nadie que conozca al completo a Louis.
-¿Ni siquiera tú? – Preguntó Liam sorprendido.
-No. Ni siquiera yo.

Liam agrandó los ojos en forma de sorpresa mientras miraba como el camarero nos servía la comida.

Ambos miramos a nuestros respectivos platos y comenzamos a comer.

-Sinceramente, me pareció raro verte en la presentación, y mucho más con él. – Dijo.
-Sí, la verdad es que todo fue demasiado raro…
-¿No perdiste el contacto con él?
-Sí. Todo este tiempo ni siquiera sabía si estaba vivo. Pero parece ser que el destino no quiere que me olvide de Louis por nada del mundo y…
-Judith me dijo que Adam le conocía mucho y que sabía que Louis te quería de verdad. Te quería. Destacó eso. Es como si Louis jamás hubiera querido a alguien a parte de ti.
-No lo creo… En todo este año ha podido conocer a millones de personas. Habrá aprendido a querer. Si a mí me quisiese no hubiera hecho todo eso que hizo.
-¿Te puedo decir algo?

Quité por un momento la mirada que mantenía en la comida. La levanté y di con los ojos marrones de Liam, que estaban en un rostro completamente serio.

-Sí. – Acepté.
-Puede haber conocido a miles de chicas, pero la mirada que teníais tú y Louis el otro día era de dos personas enamoradas. Dos personas que por mucho tiempo o muchas cosas que hayan pasado entre ellas, se quieren.
-No, Liam. Yo quiero a Josh. No puedo querer a Louis, Louis ha cambiado, yo no sé cómo es.
-Él te miraba como un niño pequeño mira a su peluche favorito cuando lo ha encontrado después de tanto tiempo sin saber donde estaba. Él te miraba con una mirada limpia y llena de ilusión. No tenía nada que ver con la mirada que tenía la noche que pasó todo eso.

Mi mirada regresó al plato donde mi tenedor jugueteaba con la comida.

-Apuesto a que Louis sigue enamorado de ti. – Añadió Liam.

Mi corazón simuló pararse. Mi mente se quedó parada, perpleja.

-No, Liam. Eso es imposible.
-¿Cómo de imposible?
-Como que seguramente él tenga pareja o… quién sabe, Liam, Ha pasado demasiado tiempo desde todo aquello. Eso fue una herida que ya está cerrada y cosida Para mí la relación con Louis solo es pasado.

Tragué saliva después de la intensa confesión que le ofrecí a Liam.

-Pero, ¿Sabes? El pasado siempre vuelve. - Contestó el chico.

Esa frase de Liam me resonó en toda mi cabeza. No. Eso era mentira. El pasado jamás podría volver porque si no funcionó la primera vez, ¿Por qué iba a funcionar a la segunda?

-Pero quizás tengas razón y solo seréis amigos. – Añadió Liam.

Un frío me rodeó ahora.

Parecía como si mi cuerpo o mi cabeza, o quizás las dos cosas, no estuviesen preparadas para escuchar que Louis y yo éramos solo amigos, pero tampoco quería escuchar algo que me hiciese dudar del amor que sentía hacia Josh.

Parecía que yo vivía demasiado alejada de la realidad que Liam parecía ver. Pero todo eso eran absurdeces. Louis no estaba enamorado de mí, y yo estaba enamorada de Josh. ¿Cómo iba a volver el pasado?

******

Horas después.

Daba vueltas por todo el salón, con el móvil en la mano y con la otra mano en la frente. ¿Cómo le diría a Louis quién sería mi compañía?

Josh era la última persona que querría ver en un momento como ese, sabía que no era de su agrado.

-Cielo, ¿Estás bien?

Me giré sobresaltada con la voz del chico.

-Sí. Estoy bien.

El chico sonrió a mi comentario y se acercó a mí.

-¿Tienes todo listo? En diez minutos nos vamos. – Preguntó.
-Sí.
-Genial. Gracias por acompañarme.
-Por eso no me des las gracias, tonto. – Contesté sonriéndole.

Los brazos del chico rodearon instantáneamente mi cuerpo y yo me dejé abrazar.

El sonido chirriante de mi móvil que se encontraba en mis manos, nos alertó a los dos y nos alejamos bruscamente.

Josh me miró y yo arqueé las cejas cuando este no dejaba de hacerlo.

-Mejor me voy a arriba a preparar lo que falta. – Propuso el chico.

Asentí con la cabeza y miré a la pantalla.

¡Era Louis! El estómago se me cerró instantáneamente.

Tragué saliva y vi la oportunidad perfecta para informar sobre mi compañía.

-Hola, Louis… - Contesté.
-Hola, _____. – Dijo.
-¿Q-qué tal?
-Bien, nervioso.
-Entiendo.

Un silencio pequeño el cual yo interrumpí.

-Esto… Louis.
-¿Sí?
-Hoy voy a ir acompañada.

El chico no contestó a mi información. Pareció no procesarla demasiado bien.

-¿Cómo? – Replicó.
-Josh insistió en acompañarme, yo me negué pero…
-Ah, Josh… - La voz del chico pareció atenuarse a medida que iba pronunciando la corta frase. – ¿Y por qué viene, si se puede saber?
-Louis, es mi novio. Es obvio que quiera venir.
-Sí, bueno. Que venga.

Pareció dolerle. Tanto que me dolió hasta a mí. No debí ser tan brusca. Pero, ¿Por qué le iba a doler? 

Había pasado muchísimo tiempo desde que todo eso pasó entre nosotros dos. Seguramente me habría olvidado, cómo yo a él. O quizás…

-Luego hablamos. – Pronunció Louis a la otra línea del teléfono.
-No, espera. ¿Qué me querías decir?
-Nada, nada. Era una tontería.

Y colgó. 

La llamada fue finalizada. Su reacción me congeló. ¿Y si Liam tenía razón? ¿Y si Louis seguía enamorado de mí? ¿Y si Louis solo supo quererme a mí? ¿Y si el pasado siempre vuelve de verdad?

-Aquí traigo las maletas. – Dijo Josh bajando las escaleras.

Me acerqué a él y tomé del tirador de una de ellas.

Minutos después, abandonamos la casa y acomodamos todas nuestras cosas en el maletero del coche y por último, tomamos asiento esperando a llegar al sitio donde sería la presentación, en el centro de la ciudad.

-¿Te pasa algo? – Preguntó Josh.

Le miré a los ojos que eran tenues gracias a la poca luz que había en la carretera.

-No. Nada. – Contesté.
-Vale.

Devolví mi mirada al sitio previo y apoyé mi mano en mi barbilla.

Quería a Josh. Le quería. Pero la conversación con Liam me había hecho ver las cosas de una manera que jamás las había visto. Desde otro punto de vista.

Un trayecto medio que se hizo demasiado largo gracias a mis pensamientos. Josh aparcó cerca de la puerta principal de esa librería tan amplia del centro. 

Mi falda entallada y mis altos zapatos me impedían moverme con facilidad, pero aún así, conseguí salir sin ningún tipo de obstáculos del coche.

Josh se puso a mi lado y agarró mi mano, entrelazando sus dedos con los míos.

Los sentí fríos. Jamás había tenido esa sensación tan extraña. Josh. Josh. Era el chico de mi vida. Con quien quería casarme y tener hijos. Con quien quería formar mi futuro.

Sin embargo, desde hacía unas horas la estructura de toda mi vida parecía haberse desequilibrado, parecía haber perdido de nuevo el sentido.

¿Qué tenía Louis? De nuevo estaba desordenando todo en mi vida.

Mis dientes chocaban. La americana a juego con los zapatos no abrigaba demasiado, y el frío parecía meterse de pleno en los huesos.

Apenas estábamos en otoño y el frío hoy había destacado más de lo normal.

-¡¿Josh?! – Exclamó alguien detrás de nosotros.

El chico se giró alarmado de la llamada. Yo giré con él. Ambos nos dimos cuenta de que era Ben.

-¿Qué hacéis aquí? – Preguntó cuando se puso a nuestra altura.
-Nos invitaron. – Contestó Josh.
-Bueno, en verdad solo me invitaron a mí, pero… - Interrumpí.

Josh giró su labio. Pareció no sentirse bien después de mi comentario.

-Bueno, Josh siempre está invitado. – Comentó Ben pasando su brazo por el cuello de mi novio.

El chico soltó mi mano mientras ofrecía un abrazo a su hermano. Ambos empezaron a andar más apresuradamente. La verdad es que no les encontraba parecido, ni física ni mentalmente.

-¡Ya verás qué buena presentación hará Dina! – Comentaba Ben lejos de mí. 

Me quedé alejada de ellos. Les miré como entraban a la librería, mientras yo me quedé unos segundos en el exterior.

Una pareja que se encontraba en la entrada estaba fumando. Ese olor me invadió y me recordó a las tardes frías donde el tabaco y Louis eran mi único refugio. Refugios que ahora eran solo pasado…

-¿Qué haces aquí y tan poco abrigada? Te vas a helar. – Comentó una voz detrás de mí.

Me giré automáticamente y vi que se trataba de Louis, mi refugio.

Me esperaba su flequillo cayendo por la frente y su ceja izquierda cortada. Pero no. Me encontré a un hombre elegante, con un tupé peinado detalladamente y con sus cejas completas y perfectamente formadas. 

Ese Louis era completamente distinto, no cabía duda.

-Estás preciosa. – Comentó al ver que yo no respondía a su broma.

Mis mofletes parecieron enrojecerse.

-Tú también estás genial, Louis. – Dije.
-Gracias. – Contestó él sonriente.

Ambos miramos al suelo. Sentí una extraña sensación de nuevo. Parecía que el frío había desaparecido de mi cuerpo. Ese frío que sentí al tocar a Josh, parecía haberse llenado de calor al mirar a los ojos de Lou.

Era todo totalmente contradictorio.

-¿Qué te parece si entramos? – Propuso Louis.
-Sí. – Contesté.

Ambos entramos y miré a hacia todas direcciones en busca de Josh.

-Ven. – Dijo Louis.

Le miré y seguí sus pasos. Había bastante gente ya en esa sala. Toda estaba buscando buenos sitios. Parecía que Dina era más famosa de lo que yo pensaba.

En la sala había una especie de escenario, y encima de él, una mesa con un tres micrófonos frente a tres sillas.

Al lado de las escaleras de ese pequeño escenario, una cortina roja. Louis se acercó a ella y la retiró, dejándome paso.

Detrás de ella había una pequeña sala donde se encontraban Ben, Josh y Dina.

Acudía al lado de Josh mientras Louis se puso al lado de su hermana. Una última mirada de complicidad entre nosotros que fue interrumpida.

-¡Hola, cielo! – Exclamó ella al verme.
-Hola, Dina. – Contesté sonriente.
-Un gusto teneros por aquí a Josh y a ti, de verdad.
-Un gusto para nosotros venir aquí. -  Contesté.
-Espero que os guste el libro. Bueno, ¡Espero que lo leáis! – Dijo riendo.

¿Eso fue un chiste? No me hizo gracia. Tomé aire y fingí una carcajada demasiado falsa. No creo que nadie se la creyese.

Louis miró hacia el suelo soltando una carcajada por mi falsa reacción. Ahí fue cuando una sonrisa de verdad me apareció. Cuando vi a Louis sonreír gracias a mi comportamiento. Por mucho tiempo que hubiese pasado, nuestra complicidad era obvia aún.

-Dina, ya puedes salir.

Un hombre trajeado entró a la sala por una puerta y anunció eso.

-Perfecto. – Aceptó Dina. – Dale a ellos dos asientos en primera fila, por favor. – Pidió la chica señalándonos.
-Bien. Acompáñenme, por favor.
-Suerte. – Dije a Dina recuperándome de la risa.
-Gracias, preciosa.

Josh agarró mi mano mientras sonreía a Dina. Mi mirada subió hasta Louis, quien había cambiado el gesto completamente.

Salimos a la sala de nuevo y el hombre nos puso dos sillas en primera fila. Josh y yo tomamos asiento uno al lado del otro.

-Parecen tener éxito sus libros.  – Comentó Josh.
-Sí. – Dije.

La cortina roja se abrió, saliendo de detrás de ella Dina, Ben y por último, Louis.

Los aplausos invadían la sala. Mis manos chocaban inconscientes, mientras mis ojos perseguían la silueta perfectamente definida por la americana que llevaba Louis.

Ellos tres tomaron asiento en la mesa. Dina en el centro y Ben y Louis a cada lado de ella.

Las luces de la sala se apagaron y un foco de gran luz se iluminó en esa especie de escenario.

-Buenas noches a todos. – Pronunció Dina. – Quiero agradeceros a todos los que habéis venido a esta presentación de mi libro. Es un placer contar con seguidores como vosotros.

El discurso de la chica continuaba, mientras mi mente parecía haber ido a otro sitio. Parecía haber abandonado por un segundo el planeta.

-El libro, como bien ya he comentado en las redes sociales, irá de un amor distinto. Un amor de una persona con altos cargos en la realeza y un simple camarero de un pequeño pueblo. Ambos se enamorarán sabiendo que no es lo que deben hacer, ya que sus vidas son distintas y no les convenía enamorarse...

Dina continuaba explicando el tema del libro. La oía, pero no la escuchaba. Miraba a mí alrededor viendo como toda esa gente parecía estar totalmente profundizada con el tema y con las palabras totalmente cultas que pronunciaba Dina.

Louis jugueteaba con sus dedos pulgares mientras su mirada iba a la mesa.

-Y esto es todo. – Concretó Dina. - ¿Alguna pregunta?

Una señora levantó la mano en la oscuridad. Un hombre acudió a su lado dándole un micrófono. La mujer lo tomó y lo situó cerca de su boca para comenzar a hablar.

-Enhorabuena por todos tus libros, Dina. Son realmente buenos. Sólo quería preguntarte algo, ¿Por qué has decidido hacer el libro sobre este tema?
-Gracias, señora. – Agradeció Dina. – Bueno, como supe que esta pregunta me la iban a hacer, traje al que ideó la novela.

La mirada de Dina se dirigió a Louis, a quien los rubores se le notaron.

-Él fue quien me dio esa idea. Simplemente me apoyó con una frase que jamás se me podrá borrar, y él me dijo: “Los polos opuestos, se atraen” Y estoy totalmente de acuerdo con él. Esa frase fue la que me inspiró y la que se reflejó en este libro.

Mi mirada iba directa a los ojos de Louis, quien solo los levantó para mirarme, justo cuando Dina pronunció esa frase.

¿Era una nueva indirecta? ¿Por eso me habría invitado a la presentación? Él y yo éramos completamente diferentes cuando nos conocimos, sin embargo, encajamos a la perfección.

Su mirada y la mía continuaban encajando mientras la realidad proseguía su curso.


Estaba dándome cuenta de que Louis en mi vida era más importante de lo que pensaba. Estaba dándome cuenta de que solo Louis era el único que podía hacerme olvidar el presente, y el futuro, pero jamás el pasado. 




martes, 27 de agosto de 2013

Capítulo 33.

Este capítulo va dedicado a: @Kryptonite0nAir - http://there-are-kryptonite-0n-air.blogspot.com.es/

*

Una comida alegre en la que Louis y yo no compartimos mucha información sobre nuestro pasado. Él ya había dejado claro que quería olvidar ese “Tommo” como todo el mundo le conocía.

No me cabía ni la menor duda de que ese chico de verdad había cambiado y que se había convertido en una persona totalmente opuesta a la que era antes.

Fuera motos, fuera chaquetas de cuero y fuera esa actitud de malote que llevaba a cuestas siempre con él.

De nuevo me acompañó hasta mi casa en coche. El comer juntos le había hecho tranquilizarse, cosa que me satisfacció.

Louis me acompañó hasta la puerta. El chico se quedó frente a mí con sus manos metidas en los bolsillos.

-Ha estado genial el comer contigo. – Le dije.
-Sí, ha estado genial. – Apoyó.

Le sonreí sin saber que decir y metí las llaves en la ranura de la puerta.

-Bueno, creo que yo ya me voy… - Comentó.
-Sí, yo también.

El chico me sonrió y se dio media vuelta algo indeciso.

Su mano se levantó y boca se giró intentando ocultar algo que parecía querer decirme.

Mi mano ya estaba girando la llave que estaba metida en la puerta.

-Esto… _____. – Dijo.

Su cuerpo dio con cuidado la vuelta y me miró a la vez que yo a él.

-Qué. – Contesté dudosa.
-¿Puedo pedirte algo?
-Claro, lo que quieras.
-Bueno, como ya sabrás… - El chico rodeó sus ojos sobre sí y miró hacia el suelo. – Pues…
-¿Louis?
-Sabes que mi hermana es escritora, ¿no?
-Claro, ella me lo dijo.
-Pues en una semana tiene la presentación de su libro y me gustaría que me acompañases… Pero solo si puedes.

Las palabras que Louis vocalizaba me hicieron verle de una manera que nunca lo había visto. Parecía nervioso, pequeño, indefenso. Parecía que el no saber cuándo nos volveríamos a ver le martirizaba, y, en cierta manera, a mí también.

Asentí con la cabeza cuando pude.

-Sí, claro. – Contesté. – Te acompaño encantada.

El chico sonrió aliviado por mi respuesta. Segundos después, abrió sus brazos y me dio un fuerte abrazo.

Sentí como sus fuertes brazos pasaban por mis hombros y sus manos se juntaban atrás de mi cuello, mientras mis brazos rodeaban su torso y le apretaban con fuerza hacia mí.

-Gracias. – Musitó.

Me alejé de ese magnífico abrazo que pude describir como increíble y fantástico. El sentir otra vez a Louis tan cerca era tan inalcanzable hacía unos días que aún me resultaba increíble que él estuviese ahí, y tan cambiado.

-¿Por qué? – Pregunté.

El chico sonrió sin contestar a mi pregunta. Después, me dio un beso dulce en la mejilla y se dio media vuelta para caminar hacia su vehículo.

Me dejó aturdida aquella situación. Quizás fuese a causa de ese inesperado abrazo y ese dulce beso.

Me quedé unos segundos mirando como la silueta del chico desaparecía del jardín. Mi sonrisa de nuevo se dibujaba inconscientemente en mi rostro, ¿Qué pasaba? Negué con la cabeza y borré inmediatamente esa pícara sonrisa que había dibujado mi rostro.

Respiré y terminé de girar la llave para entrar en el apartamento.

-¡Ya estoy en casa! – Exclamé.

Un silencio invadió la casa durante unos segundos, hasta que Josh comenzó a bajar las escaleras.

-¡Cielo! – Exclamó atravesando el salón. -¿Qué tal? ¿Qué tal la presentación?

Mi estómago pareció arrugarse. Obviamente no sabía que contestarle, no había estado en la presentación.

-En verdad, no fui. – Contesté.
-¿No fuiste? – Preguntó extrañado. – Pensé que Louis te acompañaría.
-Mmm, bueno, sí. Me acompañó pero se encontró mal y tuvimos que irnos a comer algo.

El chico giró el labio y comprendió. Josh tenía demasiada confianza en mí y sabía que yo le quería, que no tenía ojos para ningún otro chico que no fuese él.

-¿Sabes? – Exclamé. – Me encontré a un amigo ahí. Estudiará conmigo.
-¡¿Enserio?! Es fantástico.
-Sí. – Asentí sonriente. - ¿Y tú qué tal?

Mis pies se deshacían de los zapatos que llevaba puestos desde previas horas antes.

-Bien. – Contestó. – Una reunión cualquiera.

No respondí a esa afirmación y atravesé el pasillo hasta llegar a la cocina.

Me paré en seco en el arco de la puerta.

Una luz se iluminaba en el centro de esa cocina. Una luz procedente de vela, a la que acompañaba ese dulce olor a vainilla que desprendía. Mi boca exclamó una sorpresa cuando bajó la mirada y vio en la mesa una cena romántica.

-Dios mío, Josh… - Exclamé girándome y mirando a los profundos ojos del chico.

Me miraba contento con mi reacción.

-¿Por qué has hecho esto? – Pregunté.
-Creo que tú y yo debemos de celebrar tu futuro, ¿no?

Sonreí y le abracé fuerte. Muy fuerte. Un abrazo que no podría compararse con el de Louis. Al fin y al cabo, Josh era mi novio, y Louis… Louis era un simple “amigo”

Mis labios besaron a los de Josh. No me esperaba la sorpresa que el chico me había organizado.

-No debías de haberte molestado, de verdad. – Dije.
-No es molestia.

Josh se retiró de mí y tomó asiento, ofreciéndome sentarme en la silla de en frente suya.

La cena estaba deliciosa y todo transcurría perfectamente.

-¿Puedo pedirte algo? – Preguntó Josh.

Levanté la mirada de mi comida y le miré.

La única luz que alumbraba a sus ojos azules era la de la vela. Josh sonreía ilusionado. Sabía que todo era perfecto, sabía que me había hecho ilusión.

-Claro. – Contesté yo.
-He hablado con mi madre. – Comentó.
-Genial. – Añadí.
-Sí, lo es… Pero, parecía estar desanimada. Dentro de una semana es su cumpleaños y me gustaría pasarlo con ella, ya sabes…

Encogió sus hombros y de nuevo me miró penetrantemente.

-Además, me dijo que quería decirme algo importante. Quizás quieran renovar su negocio. Quién sabe. – Añadió.
-¿Una semana? – Pregunté.
-Sí. ¿Pasa algo?

Una semana. Ese era en el tiempo que Louis me había dicho que sería la presentación.

No podía dejar a Josh de lado ese día, pero tampoco quería dejar a Louis solo. Él me lo pidió como favor y yo necesitaba hacérselo.

-No… Bueno, un poco. – Contesté. – Louis me pidió como favor que le acompañase a la presentación del libro de Dina y, bueno, yo no podía negarme después de este favor que me ha hecho él.
-Entiendo… - Dijo Josh bajando algo la mirada.

Sin embargo, una gran respiración por su parte me alertó.

-¿Y qué tal si vamos?

Fruncí el ceño al escuchar la pregunta del chico.

-Sí, bueno, eso pretendía…
-No, no. Digo tú y yo. A Ben le hará ilusión que vayamos los dos.
-¿Estás loco?
-Así cogeré el vuelo de última hora y esa misma noche podríamos llegar a donde mis padres.
-Josh… Louis me dijo que…
-¡Es genial, cielo! – Exclamó. – Seguro que esa chica se alegra de vernos allí a los dos, al igual que Ben.

Fruncí el ceño aún más cuando entendí que Josh no había captado mi indirecta. Sí, Louis me había invitado a acompañarle, pero a mí sola. 

Obviamente no le podía rechazar, pero tampoco sabría si querría que le acompañase ahora que Josh se había enterado y me acompañaría.

Fuese como fuese, necesitaba hacérselo saber, porque tenía demasiadas cosas que hacer en un mismo día.

Una presentación de un libro, un viaje a la playa, Josh y yo y… Louis.

De nuevo me olía a cambio y giro inesperado en mi vida,y así era, sin embargo, esta vez no era sólo en la mía, sino en la de dos personas cercanas a mí. 

PD. ¡Hola Nerrys! Aquí tenéis por fin el argumento de la novela de Liam. Por favor, decidme qué os parece. :) http://sttories1d.blogspot.com.es/2013/08/weakness-argumento-liam.html



lunes, 26 de agosto de 2013

Capítulo 32.

Este capítulo va dedicado a: @AlbaHoranHug1D

*
El silencio y el incómodo momento que había atraído Louis nos invadía. Mi habla estaba detenida porque no sabía si lo que diría estaba en el lugar correcto.

No podía dejar de estar incómoda, y ahora menos que Louis había sacado la conversación de “El pasado”

-Creo que es aquí. – Pronunció Louis.

Miré de reojo por la ventanilla, aún aturdida. Pestañeé un par de veces y asentí con la cabeza.

El chico apagó el coche y abandonó el interior del vehículo. Segundos más tarde, le imité.

-¿Sabes exactamente donde vamos? – Preguntó.
-Preguntaré dentro.
-Bien.

Mi sonrisa se escapó sin ninguna razón. Louis me miró alertado.

-¿Qué te pasa? – Preguntó.
-Todo esto es tan raro…
-Lo es. – Apoyó. – En verdad no sé ni qué hacemos aquí.
-Ya no hay marcha atrás.

Emprendimos camino hacia el interior de la universidad. Una gran cantidad de gente estaba en el pasillo, esperando ansiosos a lo que nosotros también.

Louis miraba a todo su alrededor con sus manos metidas en sus ceñidos pantalones. Yo miraba asombrada el sitio donde estaría acudiendo una gran época de mi vida.

Había un jaleo importante. Todo el mundo que estaba ahí parecía estar igual o más nervioso que yo, incluso los que aparentemente eran sus acompañantes parecían estarlo.

-Y bien, ¿Qué estudiarás? – Preguntó Louis.

Le miré sonriendo y encogí mis hombros.

-Algo que tú nunca entenderías. – Contesté.

El chico redondeó la boca y gesticuló una cara de sorpresa.

-¿Por qué dices eso? – Replicó.
-Seré bióloga. – Expliqué.
-¿Enserio? – Preguntó no contento con mi respuesta.

Asentí con la cabeza aguantándome la risa.

-Es verdad, nunca entendería como puedes ser bióloga.

Una carcajada salió de mi boca. Louis se lo había creído.

Mis manos fueron a tapar mi boca para que mi risa no escandalizara a la gente, mientras que Louis sonrió entendiendo que no estudiaría para ser bióloga.

-¡Eres una capulla! Te había creído.
-Eso intentaba. – Contesté aún riendo.
-¡No sé por qué te he acompañado! – Se quejaba de broma.

El puño de Louis hizo un toquecito cerca de mi hombro. Parecía que fue un gesto de riña.

-¿______?

Una voz masculina pronunció mi nombre detrás de mí. Mi sonrisa desapareció y fruncí el ceño mirando a los ojos tan cautivadores de Louis.

¿Quién me conocería aquí?

Mi cuerpo se giró y mis ojos se percataron de quien era cuando me giré completamente. Un susto se apoderó de mí y me desplacé algo para atrás, hasta chochar con el torso de Louis.

El chico me rodeó la cintura con las manos para detenerme, mientras yo me quedé colapsada en la mirada de aquel chico que se había interpuesto en nuestro camino.

-Li…Liam. – Exclamé temblando.

Louis soltó delicadamente mi cintura y dejó que el chico asintiese con la cabeza. Yo estaba perdida por lo que acababa de hacer Louis.

-Eso es. – Confirmó.

Una sonrisa de incredulidad se reflejó en mi rostro y, cuando regresé a la realidad, me abalancé sobre el cuerpo de Liam y le ofrecí un gran abrazo.

-¡Cuánto tiempo! ¿Qué haces aquí? – Exclamé retirándome de él, sin soltarle los hombros.
-Estudiaré aquí. – Contestó sonriente.
-¿En este pabellón?  - Pregunté.
-Sí, claro.

Un alivio para mí. Ese chico iba a ser mi apoyo en ese sitio. Sabía que yo y Liam estaríamos muy unidos.

-Oh, lo siento por no decirte nada, este es…

Algo me interrumpió. Quizás el puñal que pareció atravesarme por el estómago para luego salir por la espalda. Quizás el saber que Liam y Louis ya se conocían fue lo que me hizo pausar la frase. Y sí, se conocían, pero no exactamente como algo positivo.

-Bueno, creo que ya os conocéis… - Musité yo, débilmente.

Me retiré del medio de ambos chicos y Liam se acercó a Louis, sin rencor alguno, tendiéndole la mano.

-Hola, Louis. – Dijo.

Louis miró la mano de Liam y temí por su reacción. Sin embargo, en escasos segundos, su sonrisa se dibujó en su rostro y su mano agarró fuertemente la de Liam, pasando la otra por ambas manos.

-Hola, Liam. – Añadió Louis.

Solté aire por mi boca. Realmente había cambiado. Louis había cambiado completamente. Ahora era todo un hombre. De los pies a la cabeza.

-Y bueno, ya veo que estáis juntos… - Dijo Liam.

Mis ojos se agrandaron y mi cuerpo se estremeció al escuchar eso. ¿De verdad era la sensación que dábamos? Quizás solo a Liam, porque nos conocía y supo qué pasó entre nosotros. Mejor que nadie.

-Oh, no, no. – Negó Louis. – Solo somos amigos. Ella tiene novio.

Mi mirada ahora fue a Louis. Me sorprendí de la rápida reacción que tuvo a ese comentario. Yo era la que debí negar esa conclusión, sin embargo, algo me lo impedía.

Liam frunció el ceño y ladeó con la cabeza.

-Entiendo… - Musitó confundido.

“Por favor, pueden ir entrando a la sala del final del pasillo e ir tomando asiento. Gracias”

-Liam, ¿Escuchaste eso?

Una chica se unió a la escena y tomó la mano de Liam mientras se ponía a su lado.

-Hola, nena. – Contestó Liam a esa chica.

La revisé con el ceño fruncido. Esa chica me sonaba de algo. Esa chica me resultaba demasiado familiar.

-Esta es Judith. – Informó Liam. – Mi novia.

Una sonrisa se le dibujó en su rostro cuando exclamó eso, cosa que me contagió. Sin embargo, mi mente seguía aturdida.

-Ella es _____. – Informó Liam a Judith.

La chica me dedicó de nuevo una sonrisa.

-Y él es Louis. – Añadió Liam.

La chica retiró la sonrisa. Su gesto ahora de frialdad. Completo confundimiento.

Miré a Louis. Él parecía estar demasiado confundido, al igual que yo.

-¿Louis? – Replicó la chica.

El pecho de Louis pareció coger aire para tranquilizarse. Su gesto no parecía ser muy agradable.

-¿Eres Tommo? – Preguntó confundida.

Los brazos de Louis parecían empezar a temblar. Le sujeté rápidamente para tranquilizarle, pero no sirvió de nada. El chico se dio media vuelta y comenzó a andar esquivando a toda esa gente para dirigirse al exterior.

Miré a Liam y a Judith que estaban asombrados de la reacción que había tenido Louis y encogí los hombros.

Después, apresuré mi paso para alcanzar a Louis mientras pensaba en quién podía ser esa chica que tan familiar me resultaba.

El chico abrió la puerta del pasillo y la cerró tras de él. Salió al exterior.

Segundos después, cogí el mismo pomo que él y abrí también la puerta, acercándome a él.

-¡Louis! ¡Louis! ¿Qué pasa? – Pregunté desorientada.

Se paró en seco y tomó aire profundamente un par de veces. Sus manos ahora se posaron en su nuca haciendo estirando su cuello.

-¿Me oyes? – Repliqué cuando me puse de frente a él. -¿Qué ha pasado?

Quitó sus manos y las metió en los bolsillos. Sus pupilas estaban dilatadas y parecía estar tenso.

-Me persigue. Mi pasado me persigue. – Contestó.

Eso mismo decía yo. Mi pasado me perseguía allá donde fuese.

-¿Por qué? - Pregunté.
-Esa chica era la novia de Adam, Judith. Me ha llamado Tommo. – Dijo.

Arqueé las cejas. Ahora entendía de qué me sonaba tanto esa chica. Era la que me ofreció vasos de alcohol hasta caer rendida en la cama de Louis. Pero, ¿Por qué le molestó tanto que esa chica le llamase así? Era su mote.

-¿Y qué pasa? – Repliqué.
-Porque Tommo ya es pasado. No quiero que la gente me conozca por el chico peligroso de chaqueta de cuero y moto. No quiero que la gente me conozca por el chico que iba repartiendo puñetazos a cualquier subnormal que se le interpusiese en su camino. No quiero que la gente me relacione con mi pasado, porque odio mi pasado. Quiero vivir el presente y olvidarme de todo. Juré que jamás nadie volvería a llamarme así, y ella…
-También juramos nosotros no volvernos a ver y mira... – Le interrumpí.

La frialdad del rostro de Louis se destacó mucho más cuando escuchó decir eso a mi boca.

Mi gesto estaba paralizado, pues supuse que no era el mejor momento para decir algo así. No quería enfadar a Louis, porque con la reacción que había tenido me había demostrado aún más que parecía saber controlarse y no usar la violencia. Incluso supo tranquilizarse él mismo, cosa que me sorprendió.

Sin embargo, pareció afectarle demasiado lo que acababa de decirle.

-Lo… lo siento, Louis. – Me disculpé.

Se dio media vuelta, poniendo de nuevo sus manos en las nucas y dándome la espalda.

-Vete para adentro, _____. Necesito tranquilizarme.
-No, Louis. No voy a dejarte solo.
-Necesito estar solo.
-Pues lo siento. – Dije poniéndome delante de él de nuevo. – Estaré contigo.

Louis suspiró y negó con la cabeza.

-Te perderás la presentación.
-Me la iba a perder de todos modos. – Contesté.

Un silencio incómodo se apoderó de la situación.

-Creo que hemos desgastado demasiada energía con Liam y su novia… ¿Qué te parece si vamos a comer algo? - Propuse
-¿Y la presentación?
-Ya llamaré a Liam.

El chico pareció destensar sus músculos al mostrar una sonrisa en su boca. Bajó las manos de su nuca y las posó en paralelo a su cuerpo. Sus pupilas se empequeñecieron y de nuevo, sus ojos azules transmitían tranquilidad.

No podía evitar sonreír al verles, pues esos ojos siempre habían sido y serían para mí especiales, al igual que lo era Louis.


Sin embargo, no sabía que esta relación que yo solo querría mantener de amistad, jugaría en mi contra, ganando todos y cada uno de los juegos que yo pensaba tener controlados. Pero me equivocaba. Me equivocaba completa y profundamente.

PD. Chicas, necesito vuestra ayuda. Por favor, leed este post. http://sttories1d.blogspot.com.es/2013/08/i-need-your-help.html