[Terminada] El destino es caprichoso y más cuando se trata de algo como lo que pasará entre ______ y Louis Tomlinson. Una relación del pasado rápida, alocada, peligrosa que le llevó a ser quien no era. Todo acabó, pero no para siempre. Ambos estaban equivocados cuando prometieron no volver a verse.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Capítulo 61.

Esa voz no  puede ser de otra persona que no sea él…

Levanto poco a poco la cara y le miro. Él está peldaños más arriba que yo, cogiéndome de las manos y mirándome, con una sonrisa picarona.

Le suelto de las manos inmediatamente y bajo unos cuantos peldaños para darme tiempo a asumirlo.

Mi garganta me duele, pues las cuerdas vocales deben estar entrelazadas para que mis palabras no salgan. Quizás mi valentía se había arrojado escaleras abajo, como yo estoy haciendo poco a poco.

¡Oh, Dios mío! Joder. Joder. Está aquí. Joder. Está cogiéndome las manos.

Las lágrimas no pueden controlarse y salen disparadas de mis ojos, junto a un par de pucheros y un auto reflejo de abalanzarme sobre sus hombros.

El chico me recibe con sus brazos abiertos y apoya una de sus manos, abiertas, en mi espalda mojada.

-Dios mío, eres tú. – Exclamo. – Eres tú.

El chico suelta una sonrisa y me aprieta más fuerte.

-¡Joder, Louis! – Le regaño.

Me alejo de él y le miro. Esa sonrisa, esos ojos.

-¿Qué? – Pregunta, sonriente.
-¿Por qué me has hecho tanto de sufrir? – Pregunté.

Frunzo el ceño y le suelto. Le miro de mala gana y subo los cuatro peldaños que me quedan hasta llegar a la puerta.

El chico hace lo mismo, y cuando se pone de pie y viene tras de mí hasta el rellano, me doy cuenta de que va vestido con una chaqueta de cuero negra. Le miro sorprendida y él entiende mi reacción.

-¿Por qué te he hecho sufrir? – Pregunta ignorando lo demás.
-¿Acaso te parece poco? Acabo de venir del puto aeropuerto, Louis.

El chico se sorprende y alza las cejas en forma de asombro. Yo le miro con los ojos cristalizados y contengo mis ganas de gritar que por fin le tengo a centímetros.

Oh, Dios. Esto es demasiado. Creo que aún no me estoy dando cuenta de que le tengo ahí de nuevo. Incluso ahora que le miro con su media sonrisa y con sus ojos más azulados y llenos de esperanza que nunca, me doy cuenta de que su flequillo cae elegantemente por la frente, como en el pasado.

-¿Del aeropuerto? – Reclama, sorprendido.
-Sí, del aeropuerto.

Mi tono suena seco y cortante. No, no quiero demostrar ese aspecto de mí. No quiero, pero me es inevitable.

Ese chico es por la persona que peor lo he pasado en la vida. Me ha hecho hacer locuras hasta cansarme y ahora viene aquí como si nada hubiese pasado. ¡Le he comprado una casa! ¡Una maldita casa para hacerme sufrir tanto!

Maldito cabrón, he pasado noches en vela, con el corazón en un puño, con mi estómago cerrado y sin ganas apenas de hacer cosas tan sencillas como respirar o pestañear.

Sigue mirándome a través de la tenue luz del rellano y yo me giro hacia la puerta para introducir la llave en la cerradura.

-¿Me vas a contestar? – Pregunta, produciendo eco.

Le miro y veo que su sonrisa ha desaparecido, pero aún así, su gesto serio y decepcionado sigue creando una gran impresión en mí.

-¡Es que te quiero matar! ¿Sabes todo lo que he sufrido y hecho para que horas antes de perderte para siempre, estés aquí delante de mí?

Me acerco a él y pongo mi cuerpo cerca del suyo, enfrente. Mis ojos suben a los suyos, la diferencia de estatura me obliga. Mi rostro sigue serio y el de él perdido. Creo que ahora estará pensando si ha sido lo mejor venir.

El chico sonríe, parece que mi estado de histeria y de no creerme lo que está pasando le hace gracia.

-Te fui a ver al hospital, intenté contactar contigo por todos los medios que me fueron posibles, te compré, no una casa, sino esta casa. – Señalo a la puerta con mala gana. – Y después, para colmo, me voy al aeropuerto y me doy cuenta de que el último vuelo de Inglaterra acaba de salir hace minutos. ¡Minutos! Creía que me moría cuando te vi por unos segundos tan lejos de mí…

El chico suelta una carcajada y yo me enfado más.

-¡No tiene ninguna gracia! – Me quejo. - ¿Sabes que ya me estaba empezando a hacer a la idea de que no te tendría? Y de repente apareces aquí… como si nada, sin decir nada, sin nada… ¡Oh, Dios!

Mis manos van a mi cara y la tapan calmando el rostro. Demasiada tensión y rencor instantáneo ha nacido de repente hacia Louis.

-No me he ido. – Se atreve a decir.

Quito las manos de mi rostro y le miro. Sus ojos están intensamente brillantes y yo me quiero morir.

-¿Y ya está? ¿Eso de verdad te justifica? ¿Sabes lo mal que lo he pasado? Maldito seas, Louis.

Me acerco a él y empiezo darle puñetazos débiles a su pecho. Él solo me contempla sonriente y yo dejo todas mis fuerzas en, por lo menos, inmutarle. Pero no sirve de nada. No se mueve ni un milímetro, ni siquiera suelta un quejido.

De repente, hace un fuerte forcejeo con mis manos y, en segundos, consigue tener atrapadas en sus dos manos mis dos muñecas. Ahora tiene poder sobre mí.

-Eh, tranquila. – Dice con una sonrisa. - ¿Querías irme a buscar al aeropuerto para pegarme?

Le miro y su gesto tan simpático se me hace inevitable para contenerle. Rompo en una poco disimulada carcajada y bajo la mirada al suelo mientras sigo atrapada por las muñecas por él. Su tacto en mi piel me estremece.

-Mírame. – Me exige.

Levanto la mirada tímidamente y sonrío.

-Puede. – Digo.

El chico sonríe más fuerte y veo el amor de mi vida a centímetros de mí.

-Tienes muchas cosas que explicarme, Louis. – Le digo. Parece que le estoy regañando, y en verdad lo hago.
-¿Leíste lo que escribí para Dina?

Frunzo el ceño y no entiendo por qué me pregunta, ahora, esto. Tampoco entiendo cómo sabe que yo tengo su historia.

-No.

El chico sonríe y yo le sigo mirando bajo la tenue luz.

-Buena chica.
-¿Por qué diablos preguntas esto ahora, Louis?
-Entonces entiendo que no sepas que la historia no está terminada, y que hasta que no esté contigo no la estará. No la he terminado, ______. Y esto no va a terminar nunca.

El chico da pasos a cada sílaba pronunciada hasta que choca mi espalda con la puerta de mi casa. Aún no me suelta las muñecas y yo me estremezco al sentir su respiración tan cerca de mí.

-Me hiciste sentir como nadie me había hecho sentir. Me apreciaste, me valoraste, me cuidaste y me quisiste simplemente por cómo era en mi interior. Ni por mi nombre, ni por mi fama en ese lugar, ni por nada. Por mí.  No te asustaste y quisiste permitirme ser el único. Me volviste a dar una oportunidad después de todo. Has sido la que me ha dado la esperanza de empezar una vida nueva que te prometo que puse todo mi empeño en conseguir que así fuese. Me subiste al cielo para luego estamparme contra el suelo, pero aprendí a quererte más desde aquí abajo. Y, ¿Sabes? No quería estar en el cielo en un avión. Prefiero estar ahí arriba contigo, y con los pies aquí abajo.

Mi boca crea una “o”. Le miro sorprendida. Todo eso me ha sorprendido.

-Creo que no debí escribirte la carta, ni tener a Bob de celestino, ni siquiera escribir esa historia a Dina convencido de que sería un éxito y que leerías mi punto de vista de todo esto, y después, todo se vería. Pero no. Quizás no haya un después y es solo es un ahora. Quizás antes de arriesgarme a perderte debí haberte dicho todo a la cara, pero jamás tuve el suficiente valor como para afrontar mi miedo, y como para creer un poco en mí, y quererme lo mínimo. Por eso estoy aquí.

Mi gesto sigue sorprendido. ¿Cómo ese hombre que había estado tanto tiempo callando sus sentimientos, con una capa de refugio, sin expresar nada y completamente encerrado en sí mismo está confesándome las cosas más preciosas que jamás he escuchado, aquí, en mi casa, en mi rellano, en nuestro rellano, ¡A mí!.

-Te dije que confiaba en el destino. Yo fui tu pasado, pero ahora ya no me conformo con eso.

Se calla un segundo y pasa la lengua por sus labios, tomando algo de aire y retomando su charla.

El chico suelta una de mis muñecas sabiendo que estaba demasiado bloqueada y sorprendida como para intentar pegarle, reprocharle o moverme.

Mete su mano en el bolsillo de cuero y saca unas llaves.

-¿Vienes?  - Me pregunta.

Le miro sorprendida y, por un segundo, me lo planteo. Esto me ha pillado de sorpresa y estoy bloqueada. 

No sé ahora mismo qué quiero o qué no quiero. ¿Le quiero a él? Claro, demasiado. ¿Le necesito? Quiero ver esos ojos que me están mirando todos los días de mi vida. ¿Le tengo miedo? No, para nada. No podría tenerle miedo. Ya no. ¿Alguna pega para no aceptar el ir con él?

El chico espera pacientemente mi respuesta mientras saca las llaves de la puerta de la casa metiéndoselas en el bolsillo de su chaqueta. Yo no se lo impido y le continúo mirando a los ojos hasta que él da con los míos.

-¿Y bien? – Insiste.

Trago saliva y asiento débilmente con la cabeza. Él suelta mi muñeca para entrelazar sus dedos con los míos. Baja la escalera antigua de mi mano, como en los viejos tiempos.

¡Madre mía! Estoy bajando las escaleras del edificio de la mano de Louis, ¡De la mano!

Llegamos al portal y lo atravesamos hasta llegar al exterior. Andamos unos dos minutos sin compartir ningún tipo de conversación y pisando los charcos que ha dejado la lluvia que ya ha calmado.

Observo hacia donde se dirige y veo una moto. Mis ojos se agrandan por milisegundo y le miro. Él continúa mirando al frente y sonriendo, orgulloso y seguro de lo que está haciendo. Seguro de sí. Más que nunca.

-¿Qué hacemos aquí? – Pregunto cuando llegamos al pie de la moto.
-Has aceptado venir, has aceptado mi silencio hasta que lleguemos a donde quiero ir.

Giro el labio y le miro con el gesto perdido. Él no se alerta y me tiende un casco. No reacciono y se encarga de ponérmelo.

-Abróchatelo. – Ordena.

Después, se pone el suyo y se monta en la moto. Yo aún sigo al pie de ésta con el casco desatado, mirando todas y cada una de las reacciones que está teniendo Louis.

Me mira una vez subido en la moto.

-¡Vamos! – Apura.

Me abrocho el casco y me monto.

Pone el motor en marcha y siento como un cosquilleo en mi estómago se enciende. Empezamos a andar por la ciudad y no sé dónde vamos. Sólo sé que estoy confiando en él más que en mí, y que sea donde quiera que esté aquel sitio al que nos dirigimos, estoy segura.

Me siento libre, me siento bien. Me siento como cuando estaba con él y me agarraba a su cintura hasta llegar a nuestro destino. Apoyando mi cabeza en su espalda y disfrutando de su perfecto aroma con el que convivía.

Me siento como una adolescente otra vez, como una niña que quiere a rabiar a su novio.

-¡Cierra los ojos! – Me exclama.
-¡¿Qué?! – Reclamo, al no escuchar nada por la velocidad.
-¡Que cierres los ojos, no los abras! – Me pide.
-¿Por qué?
-¡Hazlo!
-Vale.
-No los abras.

Cierro el párpado y veo una inmensa oscuridad con una luz al final. Con una luz que da al pasado. Con una luz que me ilumina más que nunca mi vida; Con él.

De repente, el motor de la moto se para, y siento como sus manos se apoyan en mis brazos para quitármelas de su cadera y poder soltarse para moverse.

-¿Puedo abrir los ojos? Me estoy agobiando. – Digo.
-No, no. – Me dice.

Siento como se baja de la moto y yo me quedo erguida, sentada encima del asiento, sintiéndome idiota por no poder abrir los ojos. Me quita el casco y escucho como lo deja sobre algo.

-Louis, ¿Dónde estamos? Quiero abrirlos ya.

El chico pone una mano en la cintura.

-Vamos, baja. – Me dice.

Le hago caso y con ayuda de su cuerpo, abandono la moto.

-No abras los ojos. – Advierte todavía.
-Vale, no lo haré.

Sonrío como una niña ilusionada, y confío.

-Anda recto hasta que yo te diga. – Me pide.

Le hago caso y comienzo a dar pasos cortos.

-¡Vamos! No tengas miedo, confía en mí.

Sonrío con una carcajada y, de repente, me tropiezo con un bordillo. El corazón se me sale casi por la boca y veo como las manos de Louis me cogen con fuerza para que no me desplome. Sin embargo, ya es tarde, y he abierto los ojos.

-Oh, ¡Mierda! – Se queja.

Le miro y empieza a reírse. Creo que ha hecho aposta que me chocase con el bordillo.

-Mira. – El chico me señala con la barbilla algo y yo, que estoy mirándole, hago caso.

Miro a mi alrededor y veo que todo eso es El Foco. ¡Oh Dios mío! ¡Hacía demasiado tiempo que no venía aquí!

Un escalofrío me recorre mi cuerpo y le miro.

-Ahora mira lo mejor.

Pone las manos en mi cadera y gira mi cuerpo cuidadosamente. Miro a una pared que hace esquina, descascarillada, mal cuidada y antigua, oscura y con un fondo sólo negro.

¡Oh, Dios mío! Esa soy yo. Es un retrato mío. Soy yo. Es mi cara. Mi sonrisa. Mis ojos. Louis me ha dibujado en El Foco. ¡En las paredes de El Foco!

Mi sorpresa continúa y él me mira ensimismado, satisfecho de su trabajo, sin soltarme un momento de la mano.

-¿Lo has hecho tú? – Pregunto, sorprendida.
-Con una ayudita.
-¿Quién? – Pregunto.
-Adam me dijo que no te dijera que él ha hecho casi todo.

Vuelvo la cara con una sonrisa abismal y miro la pared. Soy yo. Estoy ahí.

-¿Por qué? – Pregunto.
-¿Por qué? – Replica.
-Sí. Por qué me habéis dibujado a mí, qué has querido decir con esto.
-Antes eso era una simple pared de El Foco. - Dice, sin ningún tipo de miedo ni asco al pasado, como había demostrado hacer las veces anteriores. – Ahora quiero que, cada vez que alguien mire esa pared, te recuerde. Nos recuerde. Esa fue la pared donde nos conocimos, ¿Recuerdas?

Me sorprendo y la miro de nuevo. ¡Tiene razón! Ahí fue donde nos conocimos. Donde me salvó de aquel baboso. ¡Oh, Dios mío! Qué recuerdos…

-Todo esto ha pasado por algo, y creo que no hay mejor manera que recordar, por lo menos para mí, el mejor momento de mi vida. – Dice. - No hay mejor táctica para afrontar el pasado, que recordándolo y viviendo los mejores momentos, ¿no? 

No digo nada y me abalanzo sobre él, dando el beso más increíble, sentido, apasionado y largo que jamás había dado a nadie, ni a él mismo.


Y, ahí estoy, abrazada al que empezó a darle sentido a todo lo que creía perdido, justo en el sitio donde empezó todo, con la persona que empezó todo, y dándome cuenta de que las historias no acaban hasta que no se escribe la palabra “Fin”. 



PD. ¡Bueno chicas, aquí está en teoría -teoría, porque el próximo capítulo será le prólogo- el último capítulo de TPCB! En el prólogo, como siempre hago, agradeceré y os pondré el tostón de siempre... Mientras tanto, espero que no se os haya hecho pesada esta historia y que os haya gustado como la que más, porque he trabajado muy duro en esta historia, y no hubiera sido posible (Ni un poquito) si no hubiera sido por vosotras. ¡OS QUIERO!

10 comentarios:

  1. Oh por dios no puedo creer que fakte solo el prologo. Sin lugar a dudas en la mejor novela que he leido, y e leido muchisimas. Enhorabuena Nerea :)

    ResponderEliminar
  2. Noooioooooooo!!!!!!!!!! No puede acabar!!!!!! :'(( COmo puedes creer k se me ha hexo pesada la historia???!! Me ha encantado!!!!!!!!!! Siempre me meto d lleno en tus historias! Varias cosas: cuando subes el prologo?? Cuando empiezad la nove de harry?? Y la de liam???!!!!!
    Te kiere, una NERRY <3

    ResponderEliminar
  3. Madre mia Nerea. Siendo sincera, creo que es la mejor de tus novelas. Es super intensa. Me has hecho llorar. Es genial y eres genial. Y estoy super nerviosa por el prologo. Te quiero Nerea, aunque no te lo creas me ayudas muchisimo escribiendo. Que ganas tengo de Broken. NERRYS AL PODER.

    ResponderEliminar
  4. haiiiiiiiii meeeeeee encanto toda la novela completita.. la mejor novela que he leido.. es superr, escribes muy bien, te felicito :) no puedo creer que ya se terminaaaa,, ... te quierooo aunque no te conozca pero me senti como si fuera de verdad, me llego todo :)

    ResponderEliminar
  5. ayayay me encanto, no hay palabras para describirlo en serio me encanta la mejor novela que he leido , no puede ser ya ha acabado :( jo, pero bueno, ha sido PERFECTA y tengo muchas ganas de que empiece Broken animo y sigue asi cielo lo haces genial.
    Bssss preciosa

    ResponderEliminar
  6. Nooo me creo que se vaya a acabar yaa :(( Me haa encantadoo esta novelaa enserioo esperaba toodos los dias para que subieras el proximo capitulo :) Es increible y ha sido perfectaaa!!!! Besoos guapaa ! :)

    ResponderEliminar
  7. OH MY GOD. En serio, es fantástica, me ha encantado leerla, ha sido increíble, he sentido la novela como si me pasara a mi, dios, es espectacular, genial, no me creo que haya terminado. ¿Habrá 2° parte de TPCB? Besos^^

    ResponderEliminar
  8. Y pensar que TPCB ha acabado me deja... vacía...
    Es una de las novelas mas buenas que he leído :)
    Un beso
    Alba xx

    ResponderEliminar
  9. El tonstón de siempre dice, SABES QUE AMO ESE TONTÓN?! Eres increible tia.. lo de su retrato en el foco, la bronca de Louis. Me siento tan identificada con este chica desde el principio, es demasiado buena, enamoradiza, gracias por hacernos sonreír, aunque ni siquiera te lo pronpongas lo consigues, otro de tus dones. Gracias Nere, siempre aquí. Marta

    ResponderEliminar